¿Dije partir?, debería usar ese término, partir. Pues dejar un lugar, con sus rincones propios, con nuestros afectos, amigos, parientes, conocidos y por conocer. Dejar sitios que asociamos a nuestra niñez y nuestros padres. Es una ruptura, es partirse, es una parte de nosotros que busca demorarnos y otra que nos impele hacia delante. Esa parte nos persuade de un regreso cercano, un juntarse y juntarnos. Porque también partimos a quienes nos quieren y nos dicen: que te vaya bien, aunque, “no te marches”, pensaran.
Algo así me pasó, cuando dejé partir a los personajes hacia Ushuaia, estos, que poblarán este blog, para que veáis a trabes de ellos lo que vieran y si fuese posible, sintierais lo que ellos sintieran. Para que cuando tú partas, no sé dónde, siempre regreses, con vivencias que valgan el esfuerzo del alma, en la partida.
PFJ,Viaje Catamarca - Cordoba.